Se Rebela el ex Mejor Amigo de Anna Wintour: André Leon Talley Cuenta los Oscuros Secretos de la Reina de Vogue
El periodista André Leon Talley ha anunciado la publicación de sus memorias, The Chiffon Trenches (Las Trincheras del Chiffon), que incluyen una despiadada descripción de la editora de Vogue, su ex mejor amiga, Anna Wintour
Nadie sabe más de una persona que su mejor amigo. Saben más que las familias… más de lo que cualquiera quisiera que sepan. ¿No es así? ¿Acaso tú no tienes un(a) aliado(a), ese(a) gran cómplice que te ayudaría hasta a enterrar un cadaver, de ser necesario? Ese era André Leon Talley para Anna Wintour. Porque además de ser su subalterno, editor de modas en Vogue, donde ella reina hace ya varias décadas, era también su confidente. Sabe lo que ella quiere que sepa y lo que no también. Ahora, alejados, Talley ha decidido contar todo lo que sabe y calló durante años en su nuevo libro: The Chiffon Trenches (Las Trincheras del Chiffon).
Si me lo preguntan a mi, es una verdadera barbaridad. Quiero decir, ¿cómo puedes “conocer” a alguien de quien se dicen tantas cosas, haberla visto actuar de esa forma y finalmente sentirte dolido y sorprendido cuando, bueno, actúa tal cual como se sabía y cómo tú mismo la había visto actuar? Por otro lado, ¿Que de extraño o malévolo hay en el comportamiento de Anna Wintour de ser ciertas las aseveraciones? ¿Que es despiadada, decidida, intrépida, arriesgada, astuta, tenaz, y capaz de hacer todo para lograr la perfección y el éxito en sus iniciativas sin importar lo que cueste? ¿No es acaso esa justamente la descripción de un ejecutivo ideal para cualquier empresa? ¡No! Hay una gran diferencia. No es “UN”, sino “UNA”. Así, nuestra sociedad juzga cómo inhumano y despiadado el comportamiento de una mujer que se atreve a todo, que lo hace todo para lograr sus objetivos. Pero si se trata de un hombre, es un intrépido, tenaz y ambicioso ejecutivo de éxito. Del mismo modo en que Daenerys Targaryen en Game Of Thrones pasó de ser una justa luchadora a una desquiciada tirana solo por hacer lo que cualquier guerrero hombre habría hecho en su lugar: acabar con el enemigo, hacerlo todo por alcanzar la victoria y vengar el asesinato de sus amigos. ¡Pero bueno! Ya otro día hablaremos de nuestra sociedad machista y su absurda doble moral…
Volviendo a lo que nos atañe… El ex editor general de Vogue pinta un mordaz retrato de su otrora amiga íntima y jefa Anna Wintour. “Ella no es capaz de la bondad humana”, lanza como si nada, entre otras lapidarias características de la iconica editora en jefe de la publicación más importante para el mundo de la moda.
Según detalló la prensa internacional, en su libro, Talley afirma que tiene “enormes cicatrices emocionales y psicológicas”. El hombre de 70 años revela que Wintour ”lo congeló” el año pasado porque era ‘demasiado viejo, demasiado gordo, y poco cool”’ para ella, escribe en sus nuevas memorias The Chiffon Trenches, que será publicado este mismo septiembre.
Talley asegura que hay una lista “interminable” de escritores, estilistas y modelos que ella “ha arrojado a la basura” durante su poderoso reinado. “Es inmune a cualquiera que no sea la gente poderosa y famosa que puebla las páginas de Vogue”, acusa el escritor y periodista.
“Es inmune a cualquiera que no sea la gente poderosa y famosa que puebla las páginas de Vogue” Asegura Talley sin ocultar su dolor.
“Para ella sus mejores amigos son las más altas en sus campos elegidos. Serena Williams, Roger Federer, el Sr. y la Sra. George Clooney… Yo ya no soy de valor para ella”, escribe con notable dolor.
Talley no era cualquiera en la vida de la mujer conocida como “Nuclear Wintour” (a razón de su difícil temperamento y dificultad para entablar relaciones personales). Fue una de las pocas docenas de personas invitadas a su boda. La amistad comenzó en 1983 cuando Talley empezó a trabajar en la revista Vogue en su segundo intento después de que Grace Mirabella, la editora en jefe de la época, lo nombrara editor de noticias de moda. Talley escribe que al salir de la primera reunión se encontró con Wintour y ella le sonrió. Cuando llegó a casa, ésta le había enviado una nota que decía: “Bienvenido a Vogue. Estoy deseando trabajar contigo”.
Talley cuenta que por ese entonces estaba “terriblemente aterrorizado” por Wintour, y solía esquivarla cuando se encontraban en algún evento social. Andy Warhol, que ya era amigo de Talley de sus días en la revista Interview, se reía de la situación y lo desafiaba: “¡Oh Andre, ve y saluda a Anna Wintour!”.
Cuando Wintour dejó los Estados Unidos para convertirse en editora de la Vogue británica, Talley se convirtió en editor de estilo de Vanity Fair bajo la dirección de Tina Brown. Wintour lo contrató de nuevo cuando regresó a Estados Unidos como editora de la revista Home & Garden y lo trajo consigo a Vogue cuando se convirtió en su editora en 1988.
Wintour confiaba en él, lo nombró director creativo, lo que le convirtió en el hombre negro de mayor rango en la historia del periodismo de moda y en el escritor de moda masculino más importante. Para entonces ya era amigo de diseñadores como Yves Saint Laurent y Karl Lagerfeld.

Su nuevo trabajo le dio un nivel de prestigio y respeto sin precedentes en una época en la que Vogue era mucho más poderosa que ahora. Conoció a la realeza, hizo sesiones fotográficas en las casas de los ricos y famosos, y contaba con Lee Radizwill, la hermana de Jackie Kennedy, entre sus nuevos conocidos.
Talley escribe que no hubo un período de transición cuando Wintour tomó el control, sólo “la velocidad de las balas y los rayos por delante”. Las reuniones terminaban en ocho minutos y si se prolongaban más de 15 minutos, algo había salido ‘seriamente mal’.
La primera vez que intentó almorzar con Wintour ella decidió volver a la oficina antes de que llegara el primer plato… “Los chefs probablemente ni siquiera se molestaron en comenzar a hacer la comida cuando la vieron llegar porque estaban muy acostumbrados a esto”.
Bajo el respaldo de Wintour, Talley recibió grandes encargos como la primera portada de Vogue de Madonna, producida en 1989 en su casa de Los Ángeles.
Pero en algún momento las cosas cambiaron y Wintour dejó de enviarle los mejores trabajos. Talley comenzó a sentir que ‘no estaba siendo tratado adecuadamente’ así que irrumpió en la oficina de Wintour y renunció, dando un portazo al salir.
La Lucha de Wintour por la Salud de André:
Talley se mudó de nuevo a Carolina del Norte a la casa que había comprado para su abuela y, finalmente, lloró su muerte cinco años después del suceso con un atracón de barbacoa.
Talley se reconcilió con Wintour cuando la madre de la editora estrella murió y él voló al Reino Unido para estar en el funeral. Después de ese emotivo reencuentro, regresó a Vogue. Pero algo comenzó a perturbar a Wintour: Talley estaba engordando.
“Tienes que ir al gimnasio”, le dijo enojada e incluso le consiguió un entrenador personal. Ofuscada porque su amigo seguía engordando organizó una “intervención” en la que participó el diseñador Oscar de la Renta, y su esposa, que eran dos de los amigos más cercanos de Talley.
Wintour explicó que el peso de Talley estaba “fuera de control” y fue enviado a rehabilitación en el Centro de Dieta y Fitness de Duke en su ciudad natal, Durham, en Carolina del Norte.
Talley perdió 20 kilos pero una vez de vuelta a la vida normal, los volvió a subir. La situación se repitió varias veces, en lo que ya se había convertido en un batalla para el editor.
“Un día me trata como a un buen amigo y colega, y al día siguiente, me trata como si acabara de entregar las llaves a un aparcacoches desconocido”. Le aseguró Grayson Carter, ex editor de Vanity Fair y ex compañero de Wintour.
En 2016 Vogue inició un podcast y Wintour anunció que Talley era el anfitrión. Comenzó como un gran éxito con invitados como Tom Ford y Kim Kardashian. Pero de repente, el podcast dejó de existir y no hubo explicación por parte de Wintour.
Talley cuenta que Wintour lo sometía varias veces al año al silencio pero ya no estaba dispuesto a tolerarlo. Un día, conversando con Graydon Carter, el antiguo editor de Vanity Fair, descubrió que no estaba solo. “Un día me trata como a un buen amigo y colega, y al día siguiente, me trata como si acabara de entregar las llaves a un aparcacoches desconocido”, le contó Carter.
“Hoy, me encantaría que me dijera algo humano y sincero. Tengo enormes cicatrices emocionales y psicológicas de mi relación con esta poderosa mujer. Ama a sus dos hijos y estoy seguro de que será la mejor abuela… pero hay tanta gente que ha trabajado para ella y ha sufrido enormes cicatrices emocionales como yo”, cuenta con pesar.
En la primavera de 2018 Talley esperaba preparar sus entrevistas en la alfombra roja para la Gala del Met, pero nadie de Vogue se había puesto en contacto con él. Cuando Talley llamó le dijeron que esas cosas eran para gente “menos experimentada” que él, pero Talley lo vio como lo que era: una señal no tan sutil de que ya no era bienvenido. “Fue claramente una fría decisión de negocios. De repente me había vuelto demasiado viejo, demasiado gordo, demasiado anticuado, para Anna Wintour”, analizó.
“Después de décadas de lealtad y amistad… Anna debería haber tenido la decencia y la amabilidad de llamarme o enviarme un correo electrónico diciendo: ‘Andre, creo que hemos tenido una maravillosa carrera con tus entrevistas pero vamos a intentar algo nuevo’. Yo lo habría aceptado. Esperaba una muestra de simple bondad humana. Pero no, ella no es capaz”, sentenció.

Talley, que claramente sigue herido, enfatiza que ‘durante años Anna fue la mujer más importante de mi universo’
Ese octubre, Wintour no le deseó a Talley un feliz cumpleaños como normalmente lo hacía entonces él consideró su amistad “oficialmente terminada”.
“Mi esperanza es que ella encuentre una manera de disculparse antes de morir, o si me quedo incapacitado antes de morir, ella se presentará a mi lado, con una mano extendida agarrada a la mía y dirá: ‘Te amo’. No tienes ni idea de lo mucho que has significado para mí”.